28 de las y los expositores nacionales e internacionales que participaron en la III Conferencia Internacional en Educación y Cambio Climático suscribieron un documento en el que plantean la necesidad de una alianza entre educación y ciencias climáticas, con énfasis territorial. En la declaración consideran también crucial "la existencia de comunidades comprometidas con la acción climática y generadoras de nuevos enlaces que fortalecen las redes territoriales y que deben tener mayor visibilidad"."Acción urgente por la transformación climática" fue el slogan principal que este año reunió durante tres días a 52 expertos y expertas de 13 países, entre ellos Colombia, Perú, Argentina, España, Alemania, Estados Unidos y Ecuador en la III Conferencia Internacional en Educación y Cambio Climático, evento que convocó a más de 9 mil personas que siguieron la actividad y todos sus detalles vía remota. El encuentro contempló más de 20 actividades programadas sobre cambio climático, pedagogías activas como la indagación científica, aprendizaje basado en proyectos y pensamiento de diseño, además de los énfasis y desafíos asociados al contexto actual de pandemia.
Tras la realización de la conferencia, 28 de las y los expositores levantaron una “Declaración de Voluntades”, en la que abordaron los desafíos en torno la transformación social, económica, ecológica para detener el daño sufrido por el planeta. El texto señala que “es importante reconocer que la alianza entre Educación y Ciencias Climáticas, con énfasis territorial, es una relevante estrategia para la búsqueda de soluciones, dado su potencial generador de capacidades, cobertura e impacto persistente”.
Además, plantean que si a esta alianza se unen la sociedad civil, sectores políticos y también productivos, teniendo a la educación en el centro, “se podrá transitar a un pensamiento en torno a la revalorización del ecosistema”. Destacan, en este sentido, que el trabajo en conjunto es vital: “creemos en la existencia de comunidades comprometidas con la acción climática y generadoras de nuevos enlaces que fortalecen las redes territoriales y que deben tener mayor visibilidad”.
Uno de los firmantes, el investigador y coordinador ambiental Colegio Montessori Cartagena de Indias (Colombia), Juan Felipe Restrepo, afirma que esta declaración de voluntades “reconoce la importancia de crear comunidades comprometidas con la acción climática, y una forma de lograrlo es acercando el ciudadano a la ciencia, a través de prácticas de ciencia ciudadana y ecología cívica: principalmente las niñas, los niños y los jóvenes, quienes son uno de los grupos etarios más frágiles, particularmente aquellos que viven en las regiones del mundo más vulnerables y con las mayores carencias”.
Por su parte, Pilar Reyes, directora ejecutiva del programa ECBI de la U. de Chile, sostiene que el foco a su juicio, está "en empoderar a los docentes con comprensión profunda de los fenómenos científicos que causan el cambio climático, así como sus devastadores efectos en el Planeta y Ciudadanía". La académica sostiene que "tenemos la responsabilidad de acompañarles con la implementación de metodologías innovadoras, como la indagación científica integrada con aprendizaje basado en la indagación y el pensamiento de diseño (design thinking), que promuevan el aprendizaje de los estudiantes por el cuidado y protección de la naturaleza, como el de la comunidad educativa en su totalidad, en favor del desarrollo territorial sostenible, apuntando a la carbono neutralidad de cada una de nuestras acciones". De esta forma, enfatiza que "educar en cambio climático es un acto de responsabilidad en la que todas y todos tenemos que aportar conscientemente".
En la declaración, se plantea también que la adaptación, mitigación y transformación, en cuanto a los efectos del cambio climático, requiere de esfuerzos multilaterales e interdisciplinarios basados en un enfoque sistémico. Para ello se señalan “es fundamental que se escuchen voces desde las escuelas, las comunidades, y los territorios, con esfuerzos cross-sectoriales coordinados, por un planeta sano y un bienestar social”.
Adicionalmente, en el documento se proyecta una cuarta versión de la Conferencia Internacional: “Esto nos mueve a mirar la IV Conferencia como una misión, lo que nos dispone a aprender continuamente y a confrontarnos con variados puntos de vista, para lograr comunidades empoderadas y enlazadas por el desarrollo sustentable de los territorios”.
Versiones anteriores
En la primera Conferencia Internacional de Educación en Cambio Climático realizada en mayo de 2019, se dinamizó el trabajo de redes y la creciente cooperación intersectorial pro-educación STEM para el Desarrollo Sostenible y la Educación en Cambio Climático en varios países de la Región. Mientras, que la segunda versión - realizada el junio de 2020 - fue diseñada para compartir visiones y experiencias en torno a la educación en cambio climático, su relación con los retos de desarrollo sostenible, a través de cambios de paradigmas encabezado por los esfuerzos colaborativos desde lo local a lo global.
La tercera versión también fue organizada por la Universidad de Chile, a través del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, del Instituto de Estudios Avanzados en Educación, del CIAE y del Programa ECBI, junto al Programa Indagación Científica para la Educación en Ciencias ICEC 2019 – 2021 del MINEDUC, la Office for Climate Education (OCE), la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO (OREALC/UNESCO Santiago), por la Fundación Internacional Siemens Stiftung y la Embajada de Alemania.
Para ver las ponencias y las distintas actividades desarrolladas aquíMaritza Tapia, periodista Prensa U. de Chile. Fotos: Alejandra Fuenzalida. Martes 13 de julio de 2021