La entidad que debe velar por la estabilidad de nuestra moneda y por el funcionamiento normal de los pagos internos y externos es uno de los organismos normados por la actual Constitución. En una nueva entrega de "Claves Constituyentes", el profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, Guillermo Le Fort, aborda algunas de las discusiones que podrían darse en la Convención Constitucional sobre los principios, mandatos y objetivos del Banco Central.El Banco Central de Chile fue creado el año 1925 durante el gobierno del Presidente Arturo Alessandri Palma. La institución fue uno de los proyectos presentados por la llamada "misión Kemmerer" contratada por el Ejecutivo para reestructurar el sistema monetario y financiero del país, tal como consigna el sitio web del organismo.
En ese momento, el país vivía una situación desordenada respecto a la emisión de dinero, ya que existían bancos comerciales privados que tenían sus propios sistemas de emisión. Esta situación generaba inestabilidad económica, por lo que la creación del Banco Central tuvo como principal objetivo retener el monopolio de esa actividad. De esta forma, se buscó resguardar la adecuada disponibilidad de medios de intercambio para permitir una actividad económica fluida y una mayor estabilidad de precios.
Así lo explica Guillermo Le Fort, profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, quien ocupó varios cargos de responsabilidad en la institución entre 1992 y 2000. El académico, que además se desempeñó como director Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional re ese año y 2004, recordó también que durante la mayor parte del siglo XX el organismo "estuvo muy entregado a diversos intereses corporativos, con representantes privados en el consejo, y también al dominio del gobierno, incluso siendo su presidente a veces el mismo ministro de Hacienda. Por esto, hubo inflaciones bastante volátiles o inestables que generaron problemas económicos porque el Banco no podía realmente estabilizar la macroeconomía y controlar la masa monetaria, muy influida por los déficit fiscales que había que financiar".
No sería hasta el retorno a la democracia que el Banco Central tendría su forma actual, con "independencia para perseguir los objetivos que la Constitución y la ley le entrega: tiene que regular la estabilidad de la moneda, lo que se lee directamente relacionado con el control de la inflación, y asegurar el sistema de pago interno y externo, evitar las crisis financieras de balanza de pago, entregarle a la economía un ambiente monetario y financiero estable en el que se pueda desarrollar", explica el profesor Lefort para marcar el claro contraste con su anterior configuración.
Consultado sobre la posibilidad de modificar su autonomía, el académico enfatizó en que la institución tiene autonomía "en el uso de instrumentos, no en la determinación de objetivos ni en la selección de autoridades", haciendo hincapié en la necesidad de evitar que se vea influenciado por los ciclos políticos cortos "y la instrumentalización a través de los consejeros de la política que realiza, que es una independiente en lo instrumental, o sea, decide cuándo usar tal o cual instrumento en su consejo, no lo decide ni el Ejecutivo ni el Congreso, y esa autonomía es vital".
Mandato ampliado
Otra de las discusiones que se han planteado tiene que ver con el aumento del mandato para incorporar no solo el manejo de la inflación, sino también el empleo o la estabilidad financiera. El profesor Le Fort aseguró que es posible que las autoridades políticas quieran entregarle objetivos adicionales, como minimizar las fluctuaciones del ciclo económico, "de hecho, lo hace, y por eso no plancha la inflación en tres por ciento, sino que tiene fluctuaciones en torno a esa cifra, porque trata de acomodar su política para permitir un ajuste real lo más suave posible".
Le Fort remarca que "el mandato del Banco Central es la estabilidad de la moneda y sistemas de pago internos y externos. Eso habla de la inflación, pero también evitar que el sistema financiero entre en algún tipo de crisis, porque ese sistema es el que gobierna el sistema de pagos a través del cual hacemos las transacciones, y hoy hasta el último boliche está en la red de pagos electrónicos, usa no solo el billete, sino también transferencias. Mucha gente está digitalizada en términos de pagos, es algo extendido y dependemos de su estabilidad".
En cuanto a incorporar en su mandato la estabilidad del empleo, el académico afirmó que es posible, y destacó el ejemplo de la FED (el Banco Central de Estados Unidos), pero advirtió que "en los hechos se tiene que dejar que sean los consejeros los que determinen cómo perseguir ese objetivo. No es posible esperar que el Banco Central trate de bajar de forma permanente el desempleo, porque eso conduciría a una gran inestabilidad y saltos de inflación. La tasa de desempleo va a depender de otros factores que no se encuentran bajo su control, como el funcionamiento del mercado laboral, la creación de oportunidades laborales, capacitación, pero sí puede evitar que se dispare a doce o quince por ciento, y lo ha hecho en esta pandemia, empujando el crecimiento del producto con una política extraordinariamente expansiva".
¿Control del tipo de cambio?
Respecto a la posibilidad de que el organismo incorpore el control del tipo de cambio, Le Fort fue enfático en afirmar que el Banco Central se ha hecho cargo de esta variable a lo largo de las últimas décadas, resguardando que no exista una fluctuación demasiado amplia mediante mecanismos como sistemas de encaje o regulaciones a las cuentas de capitales, pero que "un objetivo cambiario más allá de reducir la inestabilidad no tiene sentido. Si el tipo de cambio es fijo, no hay política monetaria. Y para qué comentamos la experiencia que existe al respecto: con Pinochet hubo un reventón financiero en 1982 cuando se fijó el cambio. Antes había sucedido en 1958-59 con Alessandri Rodríguez, y a nivel internacional es similar".
De todas maneras, puntualizó que para el desarrollo exportador hay herramientas de fomento, de desarrollo, de innovación o tecnología, pero que todo ello está fuera de las manos del Banco Central, al que le cabe evitar fluctuaciones amplias del tipo de cambio. Y aunque se puede debatir si las herramientas que ha utilizado para alcanzar ese objetivo han sido las óptimas, en su opinión el organismo ha cumplido su tarea al respecto.
Rango constitucional
Ante la posibilidad de que el Banco Central deje de estar definido en la Constitución, el académico alertó que "las instituciones fundamentales de la República tienen que tener bases sólidas y firmes, con acuerdos de carácter más bien permanente, y cuya modificación debe ser generada por mayorías importantes, de tal manera que no estén sujetas a los vaivenes de la política. Es sobre esa base que se puede construir la credibilidad necesaria para que la estabilidad no sea tan costosa, porque cuesta convencer a la gente de la estabilidad".
En ese sentido, Le Fort advirtió que organismos similares con independencias circunstanciales, como en el caso de Brasil, tienen "resultados en la operación que son inferiores a los de Chile. Por eso es importante tener instituciones sólidamente definidas, y para eso es precisamente la Constitución: para acuerdos centrales. Que la inflación es socialmente disruptiva y que tiende a favorecer a los poderosos sobre los débiles, es algo en lo que hay acuerdo, y para enfrentarla necesitamos una institución sólida, que no requiera estar sujeta a mayorías temporales".Texto: Felipe Ramírez Prensa U. de ChileJueves 29 de abril de 2021