Boletín de elecciones 1





Boletín de elecciones #1

10 de febrero de 2022
Un saludo,
Se acercan las elecciones y en Linterna estamos monitoreando las campañas en el debate digital. Cada quince días, publicaremos un boletín en el que recogeremos los temas de interés para su organización.
Esta semana nos estrenamos con un análisis sobre la dicotomía entre lo político y lo antipolítico y la manera en que ha marcado este inicio de campañas. También ponemos la lupa sobre TikTok, que en poco tiempo se ha convertido en el nuevo mito digital de estas elecciones. Finalmente, cerramos con una historia sobre la amplificación de las campañas y el efecto contraproducente de las denuncias en redes sobre candidatos con narrativas antiderechos (este último contenido está disponible solo para organizaciones suscriptoras. Suscríbase aquí si usted o alguien de su organización quiere recibir el boletín completo).
Esperamos que el boletín le ayude a navegar este periodo.
Cristina
 
La dicotomía político vs. antipolítico empezó marcando la campaña

Una primera toma de temperatura del debate digital sobre elecciones muestra que el juego entre los puros vs. los impuros es lo que está pegando en redes. Como se ve en este electrocardiograma de Twitter, el momento más viral de la campaña digital en esta red ha sido el debate de Vicky Dávila y Semana, donde todos se sacaron los trapos al sol y aportaron al performance por quién tiene el ADN más impoluto y “menos politiquero”.

Gráfica 1. Conversación general alrededor de las elecciones en Twitter desde el 1 de enero hasta el 9 de febrero de 2022. Fuente: Meltwater, filtro de cuentas con metadatos Colombia. Ver llave de búsqueda 

Un análisis de los trending topics de Twitter desde esa fecha muestra que las tendencias sobre el proceso electoral han estado marcadas por micro-escándalos alrededor de “quién es más corrupto”. No es coincidencia que hashtags como #UnpolitiqueroEs, #DesconfioDe y #EsImperdonable se hayan posicionado más que cualquier propuesta programática en las dos últimas semanas. Estos datos también muestran que los presidenciables que más se han visibilizado lo han hecho, casi únicamente, cuando señalan o son señalados de supuestas alianzas non-sanctas. De los candidatos de centro, Ingrid Betancourt, con su dedo acusador, es quien más minutos ha estado en el ranking de trending topics. En una crítica generalizada a los aparatos de partidos, donde todo “lo político” quedó condenado a ser clientelismo, la candidata demonizó y viralizó en una entrevista la palabra maquinaria; una maniobra retórica que sólo fue cuestionada por una burbuja académica, pero vino acompañada de un repunte en las encuestas. Esta misma dinámica ha hecho que nombres como Luis Pérez, Aida Merlano o César Gaviria, que han sido floreros de Llorente, hayan movido más trending topics que varios de los presidenciables (dando origen incluso a una oleada de stickers de WhatsApp donde las “alianzas cuestionables” son los protagonistas —ver collage). 

Gráfica 2. Tiempo por semana en el que ha estado cada candidato en los trending topics de Twitter desde el principio del año. Fuente: Trendinalia, elaboración propia

Otro que ha sabido catapultarse en este tipo de narrativas es Rodolfo Hernández, consolidando su reinado en TikTok al saber surfear las acusaciones en su contra y usarlas para posicionar mensajes a su favor. El primer ejemplo concreto de esto se dio después del debate de Semana del 7 de noviembre, cuando Federico Gutiérrez le hizo una crítica que se volvió viral en redes (1), y que mantuvo en otros debates. Sin embargo, a través de su cuenta de TikTok, Hernández descontextualizó lo dicho por Gutiérrez, transformando una crítica por corrupción en una sobre su falta de resultados como alcalde (1), y respondió resaltando su buena gestión en Bucaramanga. Con estas respuestas en TikTok (12), Hernández no solo desestimó las críticas, sino que logró abrir un espacio para posicionar ideas favorables a su campaña.
Esta doble acción de transformar la crítica y darle una respuesta sencilla y contundente le ha permitido aprovechar la atención que le conceden otros candidatos y medios como Semana. El efecto es claro: con 622 mil y 1.2 millones de vistas, las dos respuestas se encuentran entre los videos más vistos de los publicados por los candidatos, siendo el más cercano el ya mencionado de Gutierréz, con 770 mil. Como referencia, el candidato Gustavo Petro no ha llegado a un millón de vistas en ninguno de sus videos hasta ahora; su video con más vistas tiene 782 mil. No más de 5 videos han logrado superar esa línea.
Así, en la máquina de gamification que son las redes sociales, donde las dicotomías y las peleas son lo que más jala el algoritmo, esta frenética cadena de absoluciones y condenas es lo que más se ha amplificado. Y de todas las imágenes, memes, titulares y tuits acusatorios que han salido salpicados al entorno digital, lo que está quedando pegado en las paredes son palabras como ‘corrupción’, ‘politiquería’ y ‘compra de votos’. Esto es claro en la nube de palabras relacionadas a la contienda y en el electrocardiograma del uso de estas palabras en Twitter: se ve la indignación de los usuarios, que se prende y se apaga según el escándalo del día, pero cuya marea ya no baja tan rápido.

Figura 1. Nube de palabras de la conversación general sobre elecciones en Twitter desde el 1 de enero hasta el 9 de febrero de 2022. Fuente: Meltwater, filtro de cuentas con metadatos en Colombia. Ver llave de búsqueda.

En 2018, la disyuntiva de moda fue la de “los amigos y los enemigos de la paz” (que al menos reflejaba una discusión profunda sobre el futuro del país). Ojalá este 2022 la dicotomía ganadora no termine siendo la de la política vs. la antipolítica, pues es una receta riesgosa, no sólo para promover la abstención, sino, también para fomentar populismos.


No será en TikTok donde se definan (necesariamente) las próximas elecciones
Rodolfo Hernández se ha consolidado como uno de los favoritos de cara a las próximas elecciones presidenciales, un crecimiento que ha coincidido con su éxito en una plataforma que también se estrena en las elecciones nacionales: TikTok. Después de todo, no solo fue la aplicación más descargada en 2021, sino que tuvo más tráfico que el mismo Google el año pasado.

El protagonismo de las redes sociales en las campañas políticas no es algo nuevo; lo vimos en el 2010 con la Ola Verde y luego en el 2018 con la compra de seguidores en Twitter. Esto ha llevado a algunos a pensar que es ahí, en las redes, donde está la clave para ganar las elecciones. ¿La innovación en estas elecciones? TikTok.
Sin embargo, hay que partir de que en Colombia su penetración es baja si se compara con otras redes. Según los datos del reporte sobre uso de redes sociales en el país en 2021 publicado por Hootsuite y We Are Social, TikTok está en el octavo puesto entre las plataformas más usadas; primero están Facebook, Youtube, WhatsApp, Instagram y Twitter. Además, mientras que se reporta una audiencia potencial del 87% de la población del país para Facebook, por ejemplo, este número es tan solo del 36% en el caso de TikTok.
Otra razón fundamental para dudar de TikTok como herramienta definitiva de campaña es la arquitectura misma de la aplicación. La dispersión, o diversidad de contenidos, es uno de los componentes fundamentales de la plataforma, y ahí está la atención de los usuarios. En TikTok es la pieza, el video individual, lo que importa. Quien entra a TikTok lo hace en búsqueda de entretenimiento y espectáculo. Entonces, la gente no necesariamente llega al TikTok de un candidato porque quiera votar por él, puede que sea solo por el show.
Si antes la relación entre la viralidad de un candidato y la intención de voto ya era difícil de rastrear, esta distancia es ahora mucho más grande. TikTok será un escenario importante para los candidatos en busca de reconocimiento y aprobación, pero parece que no funcionará como el arma secreta para ganar. Será relevante, pero en sus justas proporciones.

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