Entrevista a Gabriela Pedreros, geóloga U. Chile

Monitorear el comportamiento de todos los volcanes del país, en tiempo real, las 24 horas del día. Ese es el trabajo que desarrolla la profesional de la U. de Chile, quien también es parte del equipo que elaboró el "Ranking de Riesgo Específico de Volcanes Activos en Chile".En sus viajes familiares a la cordillera, recolectaba rocas sin saber que existía la geología. Es lo que rememora Gabriela Pedreros Delgado, geóloga de la Universidad de Chile, quien actualmente trabaja en el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur perteneciente a la Red de Vigilancia Volcánica del Sernageomin.
El trabajo de la profesional, egresada de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, consiste en monitorear el comportamiento de todos los volcanes del país, en tiempo real, las 24 horas del día. “Soy parte del equipo que recibe los datos, los interpreta y evalúa la actividad volcánica con el objetivo de entregar a la población el nivel de alerta de cada volcán según qué tan cercano está de hacer una erupción. Esto último en miras de que la población esté preparada para enfrentar cualquier emergencia”, explica.
Cabe destacar que la profesional de la Universidad de Chile, forma parte del equipo que elaboró el “Nuevo Ranking de Riesgo Específico de Volcanes Activos en Chile 2019”, en el que se categorizó a los volcanes activos del territorio nacional. En este informe se estableció que 3 de 45 volcanes del país representan un mayor riesgo para la población: Nevados de Chillán, Rucapillán (Villarrica) y Copahue. “Cada volcán tiene un comportamiento único. Es como si fuera una persona -sonríe- con una personalidad y formas de interactuar propias. Por ejemplo, el volcán Nevados de Chillán tiene ciclos eruptivos extensos y diversos. Es decir, a veces sus erupciones son explosivas y otras veces más tranquilas”, detalla.
En este contexto, Gabriela relata que en cada evento se desprende información geológica nueva que es utilizada en su trabajo. Sin embargo, advierte un desbalance respecto a la información existente sobre los volcanes en el territorio nacional. “El volcán Villarrica tiene una historia eruptiva frecuente, por lo que ha sido posible conocerlo y estudiarlo. Sin embargo, hay otros volcanes, por ejemplo, en el norte de Chile, que hace tiempo que no hacen erupción y que además no tienen poblaciones cercanas, por lo que no existe el relato de personas que puedan describir cómo fue la erupción y acompañar la investigación científica. Esto produce una mayor incertidumbre respecto a su comportamiento”, indica.
Convivir con los volcanes y pillanes
Con todo, la profesional de la U. de Chile intenta cultivar una mirada sustentable de su profesión y de la manera en que como sociedad nos relacionamos con los volcanes. Es por ello que con su equipo de trabajo se han dedicado a la divulgación científica y a la integración de saberes ancestrales al ejercicio de su profesión. “Algo que tratamos de impulsar como equipo es la divulgación de los peligros volcánicos o de la volcanología como disciplina con el fin de construir una cultura de convivencia con los volcanes. Partimos del hecho de que cada volcán tiene un peso importante para la comunidad que lo rodea, lo que debe ser considerado en esta forma de convivencia”.
“Por ejemplo, en la Región de la Araucanía existe la cosmovisión mapuche, que sostiene que los pillanes -espíritus en mapudungun- habitan los volcanes. Hay que poner atención en esto pues para el pueblo mapuche el volcán no es una amenaza, sino que parte de su vida", detalla la profesional. Es por ello que "como profesionales no le podemos decir a las personas que viven cerca de un volcán que se vayan de ahí porque es peligroso".
En definitiva, agrega, "los volcanes existen antes que nosotros en el planeta tierra, y es necesario recordar que posibilitan un montón de biodiversidad que es parte de nuestro propio hábitat”.
La erupción, un viaje de regreso al equilibrio
Según explica Gabriela, un volcán hace erupción cuando su sistema interno está en condiciones inestables. Es decir, la erupción ocurre para que el volcán recupere su equilibrio. Debido a su trabajo, Gabriela ha presenciado erupciones, específicamente, la del “Nevados de Chillán”. “Al estar ahí -con tus 5 sentidos- te das cuenta de la complejidad del proceso. El sonido, los gases, las rocas flotando en el aire. Es cautivante. Las veces que he visto una erupción, quedo muy impactada tratando de absorber cada uno de los detalles que veo con mis ojos. También pensando que cada vez cada uno de esos detalles puede significar información valiosa para nosotros como equipo de monitoreo. Es una experiencia intensa y muy bonita porque también te sitúa como ser humano y te rindes con respeto al planeta en el que vivimos”, relata.
Cada día, prosigue la profesional de la FCFM, "me maravillo con los volcanes, lo que profundiza mi sentimiento de que es necesario incentivar el contacto con la naturaleza en las personas para tratar de comprender el planeta que nos permite vivir”.
Consultada sobre ser mujer en el área de la geología, la profesional responde con mucha elocuencia que ha tenido una muy buena experiencia. Además, destaca, "tengo excelentes colegas con las que hemos tenido una relación de sororidad e inspiración infinita. Así pasa también con mi equipo de trabajo actual. Nuestro equipo está compuesto por dos mujeres más, María Angélica Contreras y Maira Figueroa, geóloga y geógrafa, ambas de la Universidad de Chile”.
"Chile es un laboratorio natural que hay que poner en valor. Es necesario conocer, estudiar y comprender los procesos geológicos que se generan en nuestro territorio. Habitamos un lugar millonario en biodiversidad. Me inspira la particularidad de nuestro geo-patrimonio y nuestra flora y fauna", concluye.Marta Apablaza, periodista Prensa U. de Chile. Viernes 13 de noviembre de 2020