¿Por qué la ciencia y la tecnología deben estar en la Constitución?

"Estamos ante una oportunidad histórica", afirma el decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Francisco Martínez, respecto al momento constituyente que impulsa el país en el marco de la revolución tecnológica en curso y los desafíos que nos impone el cambio climático. En este artículo, publicado en La Tercera, sostiene que "el rol del Estado en ciencia y tecnología debe cambiar sustancialmente en la Constitución. La agotada visión subsidiaria, meramente administrativa y de corto plazo, debe dar paso a una acción comprometida y permanente en la obtención de los objetivos de largo plazo".Chile vive un momento crucial al redactar una nueva Carta Magna que oriente el camino que debemos recorrer como sociedad. Pero ¿por qué la ciencia y la tecnología deben estar presentes en esta nueva constitución? En documentos internacionales se destaca el derecho a acceder a los beneficios del progreso científico, la libertad de investigación científica, la protección contra los efectos adversos de la ciencia e impulsar el progreso científico y tecnológico, pero eso no es suficiente, la nueva Constitución debe además concebir un rol protagónico de la ciencia y la tecnología en el desarrollo integral del país: económico, ambiental y social.
Esta visión significa avanzar a un país con madurez intelectual, en que su desarrollo se base en el conocimiento global y en la creación de conocimiento y desarrollo tecnológico propio, autónomo, basado en la confianza en nuestras capacidades, en reemplazo de la actual visión aún basada en la extracción de recursos naturales, el comercio y la noción de que la tecnología simplemente se compra. No es que la visión actual sea ilegítima, sino que está agotada y limita de manera estructural el desarrollo avanzado, integral y autónomo.
Estamos ante una oportunidad histórica. El cambio de era que significa la revolución tecnológica en curso invade todas las sociedades y las transforma, a lo que se suma el momento histórico que vive el país al repensarse a través de una nueva carta fundamental, y se suma también el peligro del cambio climático, que nos obliga a reevaluar las prioridades y modos de vida, así como a acelerar la innovación y la adopción de fuentes de energías limpias.
Se trata de un cruce histórico de tres cambios fundamentales: tecnológico, social y ambiental, que transforman a la humanidad de una manera sustancial. Estas dimensiones ofrecen oportunidades y desafíos únicos para el país: el cambio tecnológico es democratizador, al permitir el acceso a participar en la innovación tecnológica a un menor costo, lo que baja las barreras de entrada. El cambio climático, por su parte, abre oportunidades para el desarrollo de energías renovables, en las cuales nuestro país tiene importantes ventajas. Nuestra larga experiencia extractiva se puede reorientar a la sustentabilidad y complementar con la generación y exportación de energía sustentable.
¿Cómo aprovechamos estas oportunidades? El rol del Estado en ciencia y tecnología debe cambiar sustancialmente en la Constitución. La agotada visión subsidiaria, meramente administrativa y de corto plazo, debe dar paso a una acción comprometida y permanente en la obtención de los objetivos de largo plazo, con acciones estratégicas y operativas.
El Estado debe ser protagonista del cambio hacia el desarrollo tecnológico público y privado, orientado hacia la innovación basada en ciencia. Debe asumir el riesgo y el costo de la transformación hacia una sociedad basada en innovación tecnológica. Debe regular, coordinar y fomentar la participación de actores privados para cumplir con el propósito de transformación. Debe garantizar una inversión relevante en ciencia y tecnología, entendiendo que se trata de una inversión fundamental para el logro de la transformación de nuestra base productiva y la generación de una sociedad avanzada, basada en la inteligencia más que en los recursos materiales.
Las constituciones modernas incluyen el tema del rol de la ciencia y tecnología en la sociedad, la nuestra no puede dejar de hacerlo imponiendo un liderazgo, una visión avanzada y comprometida.
Nuestra tarea hoy como Universidad de Chile es levantar una opinión fuerte, muy insistente, para comunicar la idea de una sociedad basada en el conocimiento y en el desarrollo tecnológico al más alto nivel de la agenda constitucional, allí donde están en discusión los derechos sociales urgentes (salud, vivienda, transporte), el cambio climático, la inclusión, las pensiones, etc. Esta misión es también urgente, porque la discusión avanza sobre esos derechos y es necesario incluir la ciencia como un elemento central en el desarrollo integral del país.
Esta misión también es especialmente nuestra, como institución pública provista de independencia intelectual, porque solo nos anima un interés común, con una visión de largo plazo para el logro del bienestar sustentable de todas y todos, de hoy y mañana.Francisco Martínez ConchaDecano Facultad de Ciencias Físicas y MatemáticasUniversidad de ChileMartes 11 de enero de 2022