Teledetección: vigilando la basura de las playas desde el espacio

La contaminación de los océanos es uno de los grandes desafíos que enfrenta nuestro planeta actualmente, y la solución para enfrentarlo puede estar en el espacio. El uso de la teledetección o percepción remota, permite identificar y cuantificar residuos en las costas y playas a través de imágenes satelitales, de manera de contar con datos precisos para diseñar una gestión adecuada de los mismos. El profesor Cristián Mattar, de la Facultad de Ciencias Agronómicas, conversó con Prensa U. de Chile sobre las potencialidades que nuestro país tiene para aprovechar esta tecnología.Cada año toneladas de basura se acumulan en las playas que pueblan los más de 6 mil kilómetros de borde costero de nuestro país, generando problemas sanitarios, medioambientales y turísticos, siendo difícil contar con un panorama general que permita diseñar e implementar políticas de gestión de la basura tanto para procesarlos, como para identificar su origen.
Es por ello que la teledetección abre actualmente amplias posibilidades para Chile, al entregar herramientas para detectar diferentes tipos de objetos naturales o artificiales a través de una característica electromagnética proveniente del propio objeto. Así, aplicado a los residuos en las zonas costeras, permite identificar, cuantificar y definir el origen de la basura utilizando imágenes satelitales entregadas por consorcios como la Agencia Espacial Europea o la NASA.
Al respecto, el profesor Cristián Mattar, académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas, resaltó que nuestro país ha desaprovechado la oportunidad de dar un salto en esta materia aprovechando recursos disponibles que se encuentran subutilizados, como el satélite FASat Charlie, administrado por la Fuerza Aérea de Chile.
¿De qué tipo de tecnología estamos hablando cuando se trata de Teledetección?
Hoy tenemos imágenes satelitales que se venden en el comercio bastante caro, pero que tienen un detalle de 35x35 cm por pixel. También se puede volar con drones con un detalle de hasta 1x1 cm. Las limitaciones son bastante simples, para el dron se necesita un operador mientras que el satélite es automático, basta con encargar una imagen y está.
Ahora tenemos una nueva tecnología que se llama Radar de Apertura Sintética, y eso que en años anteriores era pagado ahora es gratuito gracias a la misión Sentinel I. Su ventaja radica en que pueden ver qué hay debajo de una cobertura nubosa lo que otros programas no pueden hacer porque los satélites replican e espectro visible de la visión ocular desde el cielo, en cambio estos radares pueden ver relieves, si hay o no deslizamientos de tierra, riesgos naturales, efectos tras un tsunami, entre otras cosas.
¿Cuál sería la aplicación concreta en las costas de Chile?
Lo que hemos trabajado es con residuos antropogénicos marinos y hemos estudiado que a partir de diferentes tipos de plástico u otros tipos de residuos generados por los seres humanos que floten y lleguen a las cosas tenemos la capacidad no solo de identificar sino cuantificar en masa cuantos kilogramos de basura hay por kilómetro cuadrado, lo que permite realizar un manejo y gestión de residuos para ver si vale la pena o no instalar un relleno sanitario en determinado lugar, quién se debe hacer cargo de ello, qué origen tienen estos residuos, como llegaron también se puede analizar, pero los satélites permiten totalizar cuanta basura hay en una playa.
También se puede ir al floración de algas nocivas pero ese caso depende de otras condiciones como marea, salinidad, en cambio los plásticos que están flotando si o si llegarán a una playa.
Además el tipo de contaminación es diferente a lo largo del país, en el norte no hay salmoneras en cambio en Chiloé está el mayor centro productivo. Hay diferentes tipos de residuos que además no sólo vienen del mar sino también a través de los ríos hacia el mar y luego llegan a las playas, y los satélites en una pasada te entregan una visión de todo Chile.
¿Qué experiencias de aplicación de teledetección hay en Chile?
Nosotros hemos trabajado en monitoreo y cobertura de nieve, en sistemas de demanda de agua de praderas, de cultivo, hemos realizado estudios también con humedad del suelo o estudiando glaciares y bosques en Patagonia e incluso en Amazonas. Hay otras aplicaciones en incendios, cambios en el subsuelo, hay para bastantes áreas y en Chile se ha trabajado en varias lo que pasa es que la comunidad.
¿Cómo podemos continuar avanzando en este camino?
Ya estamos desarrollando una plataforma para automatizar todo esto, lo que pasa es que como Chile es un país que no quiere ser profesor ni tampoco quiere ser alumno, siempre queda en la latencia del ayudante y dependemos siempre de las imágenes que generen grandes consorcios como la Agencia Espacial Europea, la NASA u otras, y a pesar de que tenemos el FASat-Charlie, un satélite chileno, nuestro, autónomo, no hemos sabido explotarlo porque con esas imágenes que podrían ser gratuitas porque lo pagó el Estado chileno se podría haber hecho un monitoreo de basuras con resoluciones de un metro que si bien en el mercado te cobrarían aquí sería gratuito.
Es un satélite administrado por la Fuerza Aérea de Chile, y que hace mucho tiempo ha estado pasivo tras su vida útil aunque durante 16 años más estará en órbita. Hemos sido lentos para utilizar los recursos que tenemos en teledetección y hemos privilegiado comprar imágenes o desarrollar nuevas líneas sin recordar que invertimos casi 80 millones de dólares en este satélite.
A nivel de aplicaciones ambientales la percepción remota tiene casi un millón de papers publicados, y Chile es una especie de laboratorio natural con una diversidad enorme, y en el caso de la basura marina solo un ejemplo, en el nuevo congreso de la agencia europea del espacio en 2019 hay dos sesiones especiales en basura marina y teledetección, y eso demuestra el interés que genera esta materia y lo que se establece es que van a sacar un satélite especialmente dedicado a teledetección marina para basuras en playa.
Nosotros tenemos un satélite y una estación que descarga datos, necesitamos el capital humano que no lo puede entregar el Ejército porque no lo tiene por razones obvias, y lo tiene que entregar la academia, pero poco se conversa porque no existe un ente rector que trabaje esta materia de manera conjunta.
Pensando en el desarrollo de tecnologías, ¿qué foco se podría potenciar para aportar desde nuestra experiencia para darle un impulso?
El agua es la leña del futuro, quien no trabaja en agua no sabe qué va a pasar en el futuro, así que ahí tenemos que focalizar nuestros esfuerzos en teledetección y todo el aporte que hacen las universidades sino será difícil pronosticar situaciones a futuro. 
Se puede estimar glaciares y sus retrocesos, las características de la nieve, su estructura.Texto: Felipe Ramírez Prensa-UChileViernes 14 de diciembre de 2018