¿Se puede proteger la privacidad en el mundo de las redes sociales?

Casos como el de "Cambridge Analytica" y el anunciado proyecto del "Sistema de Crédito Social" chino, que se basa en un ranking de confianza de sus ciudadanos utilizando grandes bases de datos, han puesto sobre la mesa el debate respecto al límite entre la privacidad de las personas, y los beneficios que pueden tener el uso de estos datos personales para tomar decisiones políticas, comerciales o financieras. Los académicos Claudio Gutiérrez de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, y Salvador Millaleo de la Facultad de Derecho, plantean su visión sobre cómo resguardar los derechos individuales en un mundo cada vez más conectado.La posibilidad de que la ciudadanía sea controlada de manera férrea por el Estado ha sido una temática permanente en la literatura y la ficción, por ejemplo en obras como el libro 1984 de George Orwell y la serie de televisión Black Mirror.
En un mundo donde el desarrollo de la tecnología y las redes sociales han abierto nuevas posibilidades de conectarse, pero también de vigilancia -a partir de cámaras, micrófonos, espionaje de conversaciones a través de computadores y teléfonos-, muchos temen que las formas de control pueden alcanzar niveles de sofisticación que el "Gran Hermano" de la icónica publicación de Orwell no alcanzó a imaginar.
En particular, muchas dudas ha generado el "Sistema de Crédito Social" chino, un proyecto que busca establecer un ranking de confianza de la ciudadanía utilizando grandes bases de datos, y se centraría en cuatro áreas: honestidad en los asuntos gubernamentales, integridad comercial, integridad social y credibilidad judicial.
Entre los planes piloto que se están implementando en este sistema se incluye el ala financiera del gigante comercial "Alibaba" -una de las ocho compañías que ya participa-, que utiliza los datos que recaba para establecer un ranking particular, política que se sistematizará en 2020 con una única gran base de datos nacional.
Consultado sobre los temores que ha despertado el proyecto, el profesor Claudio Gutiérrez del Departamento de Ciencias de la Computación de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, aseguró que la idea no es ni nueva, ni negativa en sí misma. "El establecer rankings de la gente por sesgo socioeconómico es algo que ya sucede, por ejemplo en un aeropuerto donde no todos pueden entrar al salón VIP. Esto lo está haciendo todo el mundo sólo que allá es el gobierno, que puede no ser todo lo democrático que a Occidente le gustaría, pero nadie reclama por el mismo ranking que hace Uber, Amazon o Mercado Libre", enfatizó.
En cuanto a la posibilidad de que este proyecto degenere en una herramienta de control sobre la ciudadanía china, el académico explicó que muchas de las dudas pueden originarse en resabios de la Guerra Fría, y en que la diferencia de criterio cuando el protagonista es una empresa como Google es que "estas compañías no son relacionadas con la policía por la gente, lo que en realidad tampoco es tan cierto porque cuando ocurren delitos se pueden solicitar los datos. Pero la gente piensa "yo soy un ciudadano honrado, no me va a pasar nada", y bueno lo mismo puede decir el gobierno chino, quien no rompa las leyes no tiene por qué temer".
Finalmente, el académico de la FCFM aseguró que para evitar situaciones de manipulación de la población utilizando estos datos como en el caso de Cambridge Analytica "debería asegurarse que la preparación del ranking sea público, que la información no sea utilizada sólo por un grupo pequeño lejos del escrutinio de la población, y se tiene que regular el procesamiento de datos de las personas. Es difícil evitar que se tomen datos públicos en estos tiempos, pero sí se debe regular su uso".
En la misma línea el académico de la Facultad de Derecho Salvador Millaleo hizo énfasis en que el uso de perfiles de las personas a partir de información proveniente de fuentes públicas o redes sociales para restringir el acceso a bienes, productos o derechos es ilegítimo.
"El límite es claro y radica en que la información que uno entrega con una finalidad concreta, por ejemplo en una red social, en una aplicación o en un servicio público no puede ser recogida para ser utilizada con otro objetivo distinto. El otro límite es el derecho de las personas a conocer el eventual perfil que se genera, la información que se utilizó, y además a corregirla en caso de que sea errónea", aseguró.
Respecto a la posibilidad de que el acceso a créditos o a beneficios tributarios sean regulados a través del análisis de bases de datos, el abogado explicó que "cierto tipo de decisiones determinantes en la vida de las personas no se pueden tomar en base a perfiles con fuentes no objetivas o formales. Los datos de una aplicación o una red social puede estar desactualizada, puede ser falsa o estar errada, por lo que sólo se debería utilizar la información disponible en el sistema bancario". 
En cuanto a la situación en nuestro país en materia de uso de datos y resguardo de la privacidad de las personas, Millaleo destacó la importancia del proyecto de ley que actualmente se tramita en el Senado y que trata la creación de una agencia estatal "cuyo objetivo es proteger los datos personales, regular cuando y como estas empresas generan perfiles, establece límites, criterios de orientación y eventualmente sanciones".Texto: Felipe Ramírez Fotografías: Felipe Poga Prensa U. de ChileMiércoles 8 de agosto de 2018